¿Cuándo merece la pena cambiar de coche?
El parque automovilístico español es uno de los más antiguos de Europa, con una media de 13,5 años por vehículo. Es cierto que los coches hoy en día, bien cuidados, pueden ofrecernos buen rendimiento durante más tiempo que antes. Pero conducir un vehículo cada vez más viejo reduce nuestra seguridad al volante y también la de otros conductores, además de afectar negativamente al medio ambiente.
Si bien el precio es el principal obstáculo para cambiar este parque automovilístico, al plantearnos cuándo merece la pena cambiar de coche no tenemos que limitarnos a la compra. Es decir, existen más opciones, desde coches km 0 o seminuevos hasta financiación por renting.
¿Cuánto puede durar un coche?
La durabilidad de un coche está sometida a muchas variables, entre ellas la forma de conducir, puesto que cuanto más prudente se circule, más nos durarán todas las piezas y componentes.
Por lo general, se relaciona la durabilidad del vehículo con el tipo de motor que lleva. De esta forma, un coche a gasolina puede llegar a durar 250.000 Km. A una media de 20.000 Km al año, esta fórmula identifica una duración de entre 13 y 15 años por vehículo.
En el caso de los coches diésel, la durabilidad estimada sube hasta los 400.000 Km, aproximadamente 20 años.
Por descontado, esto no evita que haya que cambiar ciertos componentes al cabo de un tiempo o cuando surge una avería.
También hay otros factores a tener en cuenta y que nos hacen plantearnos distintas cuestiones. Como, por ejemplo, ¿qué dura más un coche automático o uno manual?, ¿un coche que se usa a diario para viajes cortos o uno que se aprovecha solo para largos trayectos?, ¿un SUV familiar o un coche deportivo?
Todos ellos dependen de algo importantísimo, que consiste en el estado de las piezas del vehículo. Un mantenimiento periódico puede ayudarte a preservar su durabilidad, pero sobre todo es determinante saber cuándo es mejor reparar el vehículo o cuándo es más rentable cambiar de coche.
Principales señales que avisan de cuándo cambiar de coche
El coche puede darnos algunas señales de que, aunque queramos optar por una reparación, lo más rentable probablemente sea cambiarlo por un vehículo nuevo. ¡Es importante saber identificarlas!
Fallos constantes en el motor
Salvo en un vehículo más o menos nuevo, cambiar o reparar el motor representa un coste poco recomendable.
Puede que estemos ante pequeñas averías. Pero si las sufrimos repetidamente, como sobrecalentamientos, ruidos extraños, problemas al arrancar, etc., lo más probable es que ese desarrollo esté alcanzando el límite de su vida útil.
Una carrocería totalmente abollada
Los rayones, los golpes y otros incidentes pueden ir afectando a la carrocería del vehículo. Cuando este ya tiene muchos años, es posible que toda la estructura externa del coche esté afectada.
Pese a que en la mayoría de casos reparar la carrocería es una inversión rentable, hay que valorar cuándo merece la pena cambiar de coche. Si es demasiado antiguo, puede que una chapa nueva no consiga aumentar su valor en el mercado lo suficiente como para compensar esa inversión.
Averías constantes en el vehículo
Las averías continuas no son fruto de la casualidad. Conforme los componentes y piezas no pueden ofrecer un rendimiento perfecto, al final algo termina desgastándose antes de tiempo.
Ante estos casos podemos preguntarnos, ¿cuándo conviene cambiar de coche? Pues si tienes que invertir 300, 500 o 1.000 euros al mes en un coche de más de 10 años solo por reparaciones ¡ha llegado el momento de comprar uno nuevo!