12.12.2024
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¿Qué es un vado?

En la vía pública nos podemos encontrar una señalización que impide el estacionamiento, porque indica que es un vado.

En realidad se trata de una autorización oficial que otorga la administración local a una propiedad privada, para tener el derecho a reservar un espacio en la vía pública.

Lo más normal es encontrar un vado frente a un garaje o la entrada a una vivienda, pero también puede estar presente frente a un negocio que requiera la entrada y/o salida de coches, como un taller o un lavadero.

¿Para qué sirve un vado?

Es bastante claro entender para qué sirve un vado, se trata de una medida con la que se busca facilitar el acceso de vehículos autorizados a una propiedad y garantizar que el paso no va a estar bloqueado por otros vehículos.

Estacionar en un espacio señalizado con vado puede implicar una sanción de entre 100 y 200 euros, así como que el vehículo sea retirado por una grúa.

A nivel general, un vado también facilita la organización del tráfico en zonas urbanas, evita congestiones y mejora la fluidez en las calles.

Se suma a esta utilidad un factor de seguridad. Igual que hay distintos tipos de aparcamiento en cada zona de la vía pública para evitar accidentes, un vado también ayuda a prevenir situaciones peligrosas, sobre todo relacionadas con la entrada y salida de vehículos.

¿Cuáles son los tipos de vados?

Encontramos dos tipos de vado:

  • Vado permanente: garantiza un acceso ininterrumpido a una propiedad privada, sin ningún tipo de restricción horaria.
  • Vado temporal: garantiza ese acceso durante un periodo de tiempo limitado.

¿Cómo se puede conseguir un vado permanente?

La definición de qué es un vado permanente expone por qué es también el más interesante de ambas opciones, pero no se consigue por el mero hecho de pedirlo a la autoridad local, hay que cumplir con unos requisitos y seguir el proceso óptimo de solicitud.

Para conseguir un vado permanente, los pasos necesarios son los siguientes:

  1. Hacer la solicitud formal en el Ayuntamiento, especificando dónde se ubicará el vado y detallando la necesidad de tener ese acceso.
  2. Presentar la documentación necesaria, que consiste en copia del título de la propiedad del inmueble, un plano detallado de la zona donde se va a colocar el vado y, si es requerido, fotografías del lugar y un informe técnico que sirva para justificar la necesidad de esta autorización.
  3. Pagar las tasas administrativas correspondientes. El importe exacto puede ir variando periódicamente y por cada localidad.
  4. Esperar a que el Ayuntamiento realice su propia inspección técnica, con el fin de confirmar que se aprueba la solicitud y de que se considera apto el espacio para colocar en él un vado.
  5. Finalmente, se emite una autorización oficial y el propietario tiene que instalar la señalización que detalla todo lo relativo al vado, en una placa con el número de autorización y restricciones asociadas.

Es importante tener en cuenta que un vado tiene una validez limitada. Lo normal es que se necesite renovar cada año y, si no se renueva, se pierde el derecho que se tenía concedido por usar ese espacio en exclusiva.

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